En España, las nevadas han perdido protagonismo en los últimos días debido a la influencia de la borrasca Garoé. Este fenómeno meteorológico ha traído consigo vientos ábregos y masas de aire más cálidas, lo que ha elevado las temperaturas y, en consecuencia, la cota de nieve. Como resultado, las precipitaciones en forma de copos se han limitado a las cimas más elevadas, dejando escasas acumulaciones en los Pirineos y manteniendo a otras cordilleras prácticamente sin nieve.
El impacto de Garoé en el clima
La borrasca Garoé ha sido clave en esta pausa de las nevadas. Con un flujo de aire templado proveniente del suroeste, característico de los vientos ábregos, ha dejado lluvias significativas en cotas bajas y medias, impidiendo la formación de nieve en gran parte del territorio. Solo las montañas de los Pirineos, a partir de los 1700-2100 metros, han registrado nevadas, aunque estas han sido débiles y con poca acumulación.
Un fin de semana con cambios en el horizonte
A pesar de la actual pausa en la actividad nivosa, las previsiones meteorológicas sugieren un cambio para el fin de semana. A partir del viernes, se espera la llegada de nuevos frentes atlánticos al noroeste peninsular, acompañados de un descenso de las temperaturas, lo que podría favorecer el regreso de las nevadas. Según eltiempo.es, el sábado será el día clave, con un enfriamiento que permitirá que la cota de nieve descienda hasta los 1000-1200 metros en algunas zonas del norte.
Las cordilleras de la Cantábrica y los Pirineos volverán a ser los principales puntos afectados, con nevadas algo más consistentes, aunque los acumulados seguirán siendo moderados. En el Sistema Central y el norte del Ibérico, los copos también podrían aparecer de manera puntual en las cotas más altas. Aunque las nevadas del fin de semana no serán especialmente intensas, sí marcarán un cambio respecto a la calma actual, reactivando las condiciones invernales en áreas montañosas.
Perspectivas futuras
Los próximos días serán cruciales para determinar si este patrón de nevadas moderadas se mantiene o si el invierno intensifica su actividad. Por ahora, el fin de semana se presenta como una oportunidad para que las montañas españolas vuelvan a teñirse de blanco, aunque de manera limitada y localizada. Se espera que este tipo de eventos nivales se repitan en las semanas venideras, reforzando la transición hacia un invierno más marcado.
Es importante estar atentos a las actualizaciones meteorológicas, especialmente para quienes residan o transiten por las zonas montañosas del norte y centro peninsular, ya que las condiciones pueden cambiar rápidamente. La vigilancia constante será clave para adaptarse a las fluctuaciones del clima en esta temporada invernal.