Desde hace unos años la prensa nacional viene alertando acerca del aumento en el consumo de basuco, una droga muy tóxica que posee un efecto en realidad poco duradero, lo que unido a su bajo coste ha provocado que se haya extendido peligrosamente entre algunos sectores de la población.
No obstante, en el año 2014 las autoridades responsables de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre drogas afirmaban que no existían datos, indicios ni evidencias «constatables» que hicieran sospechar que «el basuco se esté consumiendo en España». La propia Dirección General de Salud Pública seguía sin catalogarla como una sustancia peligrosa, catalogando además a este tipo de droga como una sustancia «de uso común».
De hecho, unos años antes, en 1986, Ramón Gorriarán alertaba desde el diario El País de la existencia de una droga que se estaba convirtiendo por aquel entonces en la «droga de moda de los ejecutivos en Colombia», a pesar de que ya por aquel entonces se podía adquirir fácilmente en cualquier calle de la ciudad, y no precisamente a un elevado precio.
¿Qué es el basuco? ¿Cómo se consume?
Bajo el nombre de basuco (y también otras denominaciones populares como por ejemplo paco, susto, base, carro o bicha) nos encontramos ante un tipo de droga que consiste en la pasta base de cocaína. Esto implica que el basuco es un derivado de la cocaína.
Se trata, por lo general, de un tipo de droga de bajo coste similar al crack, la cual es elaborada con residuos de cocaína (habitualmente extracto crudo de la hoja de coca mezclado con agua), siendo procesada posteriormente con queroseno y ácido sulfúrico, agua de batería o gasolina, además de otros elementos como carbonato de potasio, cloroformo y éter (aunque no siempre, solo en algunas ocasiones).
Básicamente es un tipo de droga psicotrópica capaz tanto de estimular como de acelerar la actividad del sistema nervioso central. Actúa como un vasoconstrictor y su efecto puede repercutir gravemente sobre los diferentes sistemas del organismo.
La pasta base se suele presentar con forma de polvo, de color entre marfil y marrón. Su olor es fuerte, penetrante, y su sabor es amargo.
Es habitual consumir basuco mediante el uso de pipas, las cuales son en la mayoría de las ocasiones de elaboración casera, acompañando la pasta base de cocaína con marihuana o tabaco en forma de cigarrillo. También es posible aplicarlo directamente sobre las mucosas.
Efectos de la pasta base en el organismo
Lo cierto es que, debido a su composición química, el basuco es una droga sumamente tóxica y tremendamente adictiva. Esto se debe a que su efecto es en realidad muy breve, oscilando apenas entre 10 a 15 minutos aproximadamente. Unido a su bajo coste hace que nos encontremos ante una combinación verdaderamente explosiva (y ciertamente peligrosa).
De hecho, la sensación de bienestar, placer y euforia dura entre 2 y 15 minutos, tiempo que depende no solo de la calidad de la droga sino también de la cantidad que se haya consumido.
Una vez la pata base es fumada mediante la pipa -o el instrumento diseñado para tal fin-, es absorbido por el organismo apenas unos minutos después, apareciendo ciertos efectos sobre el sistema nervioso central. En este momento aumenta el riesgo de sufrir convulsiones o la pérdida del conocimiento.
Luego, unos minutos más tarde, comienza a afectar al sistema cardiovascular, traduciéndose en un aumento de la tensión arterial y en la aparición de alteraciones en el ritmo cardíaco.
En lo que se refiere a los efectos del basuco en el sistema nervioso del consumidor, ocurren diferentes etapas que pasamos a resumir a continuación:
Euforia: Se produce un aumento en la sensación de bienestar y una disminución de las inhibiciones.
Disforia: Después de la euforia surge la necesidad imperiosa de volver a fumar con el fin de evitar las sensaciones que aparecen tras la sensación de placer y bienestar, ya que la persona se siente angustiada, insegura y deprimida.
Adicción: Con el fin de volver a sentir la euforia previa y disminuir la disforia, surge la adicción, con la necesidad de consumo sin interrupciones.
Es decir, debido a su alto poder adictivo, crea ansiedad de manera que el consumidor no es capaz de dejar de consumir cigarrillos uno tras otro.
Por tanto, debido fundamentalmente a la existencia de sustancias nocivas en su composición como determinados residuos de disolventes, el riesgo para la salud es muy elevado en comparación con otras drogas. Además, sus efectos secundarios tienden a ser similares a los que se producen tras el consumo de la cocaína.
Nos referimos fundamentalmente náuseas y vómitos, hipertensión arterial, migraña (la cual puede llegar a ser severa), reducción del peso corporal de forma acelerada (pudiendo producirse anorexia en algunos casos), insomnio, irritabilidad, taquicardia, convulsiones y comportamiento violento y/o errático, entre otros.
Consecuencias del basuco a largo plazo
Además de los efectos secundarios mencionados anteriormente, cuando el consumo de pasta base se mantiene en el tiempo puede tener graves consecuencias de salud en el organismo del individuo.
Por ejemplo, puede surgir hepatitis (especialmente cuando se combina con el consumo de alcohol, lo que derivará a su vez en una posible cirrosis), aumentar el riesgo de infecciones urinarias, quemar las vías respiratorias, inflamación de encías y afectación de los dientes, deterioro del tejido cerebral y lesión cerebral -la cual es irreversible-.
Mientras que, a nivel cognitivo y emocional, se presentan problemas para conciliar el sueño, cansancio e irritabilidad permanentes, depresión y ansiedad, impotencia sexual, irritabilidad y sentimientos de culpabilidad.
Cuando el consumo es prolongado puede surgir deterioro neurológico e intelectual en la persona, acompañándose de pérdida de peso, estado de abandono y déficit de higiene personal, así como alteraciones tanto cardíacas como pulmonares. También es común la aparición de una etapa de alucinaciones y psicosis, sobre todo en personas que llevan tiempo consumiéndola y en consumidores compulsivos.
En el caso particular de la psicosis puede aparecer días o semanas después, tras un consumo prolongado y/o frecuente. Cuando este cuadro surge, es común que las alucinaciones se sientan mucho más claras, unidas a la aparición de una agresividad intensa, que puede desembocar en suicidio o en intentos de homicidio.
Bibliografía:
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